LILITH: Humana, Mujer, Diosa y Demonio

["Lilith", de John Collier]

Este artículo está basado en unos capítulos de mi libro “La Biblia de Lilith”, pero los he adaptado a un público más general. En concreto, los apartados “La Gnosis de Lilith” e “Implicaciones para la Humanidad” son prácticamente calcados a mi libro, aunque con algunas pequeñas modificaciones.
“Lilith merece algo mejor, merece ser reconocida en este mundo por lo que es -una Diosa al nivel del propio Yhwh o incluso superior, la primera mujer de la creación, la primera rebelde, la primera liberada”, dije en su momento. Por estas razones, así como por mi interés personal, desarrollé una filosofía (el Lillaismo) que se basaba en los principios que Lilith representa. Cualquiera que conozca mis libros, sabrá que este proyecto me ha llevado a publicar cuatro libros sobre esta filosofía (y más que se vienen en el futuro), y otros relacionados con Lilith, de diversas índoles, como "El Testamento de Lilith", "El Evangelio de Lilith", “Lilith, Inanna y Ereshkigal (Historia, Mitología y Religión)” o mi versión de “Liber Lilith: Sive De Coitus Larvis”.
No me voy a enrollar mucho más en este pequeño preludio. Solo diré que en el primer apartado, me limitaré a narrar algunas generalidades sobre Lilith y sobre algunas de sus representaciones más conocidas en el mundo actual. Más adelante resumiré brevemente historia mítica de Lilith, y, en base a esa narración, profundizaré un poco más en la teoría Cabalística y mitológica de Lilith, con un enfoque mucho más específico, pues uno de los objetivos de este artículo es dar a conocer los aspectos fundamentales de Lilith a quienes estén interesados en el tema.
Si esto fuese “La Biblia de Lilith” o “Lilith, Inanna y Ereshkigal”, tras establecer las bases necesarias, procedería a explicar los fundamentos esenciales de Lillaismo y cada una de sus partes fundamentales, y a modo de material complementario, compartiría los textos hebreos y mesopotámicos originales más representativos acerca de la figura de Lilith. Este material sería estrictamente complementario para los interesados, ya que toda la información presente en esos textos la voy a ir narrando de forma sencilla en estos apartados. Sin embargo, esto no entra dentro de los objetivos de este artículo, así que me limitaré a hablaros de todo lo demás. En cualquier caso, si a alguien le interesa saber algo acerca del Lillaismo, aquí os estoy dejando los enlaces pertinentes y más adelante os los volveré a dejar, junto a toda la bibliografía que he utilizado. Por supuesto, si alguien tiene alguna duda, podéis mandarme un mensaje o dejar un comentario.
Dicho esto, hablemos sobre la Diosa:

LA GNOSIS DE LILITH
(adaptado de “La Biblia de Lilith”)

Lilith es la Diosa demoníaca por excelencia, representa los Siete Pecados Capitales en todo su esplendor. Podría decirse que es Satán en versión femenina, algo que, de hecho, se menciona en multitud de documentos del Camino de la Mano Izquierda, Satánicos, grimorios y textos apócrifos de todo tipo. Lilith es mencionada en la Biblia en sí, aunque muchas personas no lo saben, y existe en relatos hebreos cuya veracidad en ocasiones es negada o evitada por los propios rabinos y cabalistas, a pesar de que estos relatos de los que hablo pertenecen al canon hebreo oficial.
El origen de Lilith, sin embargo, se remonta mucho tiempo atrás, a la antigua Mesopotamia. De hecho, una de las primeras apariciones de Lilith en la literatura es en la Tablilla XII de La Epopeya de Gilgamesh de forma bastante clara, aunque en este escrito aparece con el nombre de Lilla, Lillake o Ki-sikil-lil-lake.
Lilith nació entre Mesopotamia (ya en Sumeria, según algunos restos arqueológicos), Anatolia y Persia a partir de varios términos y entidades que, posiblemente, se entremezclaron dando lugar a este personaje mítico. Lilu (parte masculina), Lili (parte femenina), Ardat-Lili (parte femenina) e Irdu-Lili (parte masculina) eran los términos utilizados para denominar a demonios femeninos sexuales nocturnos, del viento, del fuego y la tormenta en Mesopotamia, que también acechaban a los bebés y a las embarazadas, y los cuales estaban relacionados con cierto espíritu maligno también llamado propiamente Lilu, que fue padre de Gilgamesh según la historia de éste. Todo conflicto posterior parte del término Lil, que significa “viento” o “espíritu”, que confundió su significado con el término Laila, que significa “noche” en hebreo.
En estas circunstancias, en el antiguo Oriente Próximo nació la leyenda de los Lilim, nombre que se le puso a todos estos demonios sexuales, del viento y del fuego, que se creía que estaban comandados por su reina Lilitu (otro nombre derivado de Lili, que sería el verdadero nombre original de Lilith). Algunos expertos piensan que la Lilith (Lilitu) primigenia fue incorporada como Diosa-demonio al panteón Mesopotámico y Persa porque éstos pueblos, al expandir su territorio, conquistaron a algunas tribus nómadas de la zona que la veneraban como Diosa principal. Sin embargo, algunas evidencias sugieren que Lilitu nació en el panteón Sumerio directamente, a partir de otras figuras como Lamashtu. Más tarde, los pueblos Hebreos primigenios la adaptaron a su panteón en su forma negativa. Otra versión sería que tras la llegada de los “Nuevos Dioses” (Yhwh, etc) algunos pueblos siguieron venerando a los “Antiguos Dioses”, a los que Lilitu y parientes (como Abyzou, nombre de Lilitu en Persia) pudieron haber pertenecido, como veremos más adelante. La veneración a Diosas femeninas no sería nada raro. De hecho, se cree que estas primeras civilizaciones tenían una sociedad más matrilineal, al igual que en la Mesopotamia antigua y Anatolia, como no es de extrañar en una cultura que daba gran importancia a la fertilidad de las mujeres, del ganado, de las cosechas para sobrevivir y, en definitiva, a la vida.
Se piensa que todas estas entidades, al igual que Kadesh (Diosa Cananea de la fertilidad, posteriormente llevada a Egipto y sincretizada con Hathor), provienen de Lamashtu (Lamaštu, Labartu, Dimme), Diosa-demonio de Sumeria que vampirizaba a sus víctimas y que devoraba bebés. La única forma de protección ante Lamashtu eran amuletos o grabados con Pazuzu (su consorte demoníaco). Esta práctica de protección es idéntica a la que se utilizó posteriormente contra Abyzou, Lilitu y Lilith, una prueba más de la clara y única identidad y del origen de estas entidades.
Tal y como he comentado, Lilith es mencionada explícitamente en la Tablilla XII de La Epopeya de Gilgamesh, uno de los textos más importantes en Mesopotamia, considerado el primer relato épico de la historia de la humanidad. A continuación, cito el fragmento, extraído de la Versión de Agustín Bartra de La Epopeya de Gilgamesh publicada por Editorial Guillotina en Ciudad de México en 2012:

“La serpiente “que no descansa nunca” había anidado entre las raíces; el pájaro de la tempestad había colocado a su cría en la copa; en medio, Lilla construyó su casa…
(Laguna)
Gilgamesh empuñó su hacha y golpeó con ella a la serpiente “que no descansa nunca”; el ave de la tempestad que anidaba en la copa del árbol huyó a la montaña con su pequeñuelo.
Gilgamesh destruyó la casa de Lilla y dispersó los escombros. Taló el árbol por las raíces, golpeó su copa y luego la gente de la ciudad vino a cortarla.
Dio el tronco a la brillante Inanna, para que con la madera se hiciese un lecho y una silla, y con las raíces se construyó un pukku y con la copa un mikku”.

Como podemos ver, Lilla (Lilitu) había construido su casa en un árbol sagrado que Inanna/Ishtar (Diosa mesopotámica de la vida, del amor, de la fertilidad y de la guerra) había rescatado del Diluvio y que había plantado cerca de Uruk (la ciudad donde reina Gilgamesh y donde se encuentra el Eanna, Templo de Inanna). Queda también plasmada la referencia al viento y a la noche -que representan la rebeldía, como veremos más adelante- con “la serpiente” y “el pájaro de la tempestad”, ya que Lilith suele asociarse también a un búho (Sabiduría), a la serpiente (Satán y antiguo símbolo para las diosas de la fertilidad) que tentó a Eva en El Edén o a un pelícano (despectivamente, en los textos hebreos). Esto también se ve reflejado en la Biblia en Isaías 34:14, la única mención literal que se hace de ella en este texto:

“14. Gatos salvajes y hienas se reunirán allí; los chivos gritarán el uno al otro; Lilit [el monstruo nocturno] acechará allí y encontrará para sí un lugar de descanso.
15. Allí anidará el búho, pondrá sus huevos, sacará y juntará sus pichones bajo su sombra. Allí se reunirán los buitres, cada uno con su compañera.”

Por otro lado tenemos Apocalipsis 17:1-6, donde se la menciona en su forma de Babalon (Babilonia “la Grande”):

“1. Vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo y me dijo: Ven, te mostraré el juicio de la gran ramera que está sentada sobre las grandes aguas.
2. Con quien han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se embriagaron con el vino de su fornicación.
3. Llevóme en espíritu al desierto , y vi una mujer sentada sobre una bestia bermeja, llena de nombres de blasfemia, la cual tenía siete cabezas y diez cuernos.
4. La mujer estaba vestida de púrpura y grana, y adornada de oro y piedras preciosas y perlas, y tenía en su mano una copa de oro, llena de abominaciones y de las impurezas de su fornicación.
5. Sobre su frente llevaba escrito un nombre: Misterio: Babilonia la Grande, la madre de las rameras y las abominaciones de la tierra.
6. Vi a la mujer embriagada con la sangre de los mártires de Jesús, y viéndola me maravillé sobremanera.”

Estos fragmento, extraídos de “Las Escrituras de Restauración Edición del Nombre Verdadero”, vuelven a mostrarnos el símbolo de la noche y del búho, además de otras cuestiones de las que hablaremos más adelante, lo que indica que el mito mesopotámico estaba bien interiorizado y afianzado por las antiguas culturas abrahámicas, que han mantenido su significado hasta nuestros días. En concreto, Isaías 34:14 ha dado multitud de problemas, ya que hay decenas de traducciones diferentes -lo cual favorece a los que pretenden negar la existencia de Lilith en los textos sagrados.
En la tradición hebrea más “moderna”, en la Kabbalah medieval, se perfeccionaron algunas de las ideas que ya se tenían en la antigüedad y que se habían plasmado, por ejemplo, en el Sefer-Yetzirah o el Zohar (los dos libros más importantes de la Kabbalah). La Kabbalah sirve para explicar las emanaciones de Dios, las diferentes esferas que contienen diferentes atributos de la creación, el Árbol de la Vida, el Sefirot, y, en contraposición, el Árbol de la Muerte, el Qlifot, la corrupción de las Séfiras. Es un sistema para estudiar, conocer y comprender el mundo divino desde nuestra estancia mortal, el camino para que nuestra alma trascienda a niveles superiores antes de la muerte, por diferentes técnicas como la permutación de caracteres hebreos dentro de las palabras y la meditación de los diferentes significados ocultos de estas.

Por ahora, intentaré explicar y resumir brevemente y de forma sencilla las implicaciones que la Kabbalah y otras cuestiones tienen en el mito de Lilith. También dejaré en la bibliografía, como ya he dicho, todas las referencias referentes a Lilith que he encontrado en los diferentes escritos históricos y religiosos, por si alguien quiere profundizar más.
Todo empezó, sencillamente, cuando Dios creó el universo y la Tierra. Se supone que El Árbol de la Vida contiene todos los atributos puros que han surgido de Dios -son las partes de Dios en su estado original. Cada uno de los niveles del Árbol de la Vida (las esferas metafóricas llamadas Séfiras) está gobernado por diferentes ángeles que tienen diferentes cargos y obligaciones. A su vez, se supone que los seres humanos tienen la posibilidad de desarrollar estos atributos gracias al Libre Albedrío para poder llegar hasta Dios algún día. En este punto entra El Pecado Original, con el que los seres humanos corrompen las Séfiras permitiendo que entre el mal en el mundo (aunque más tarde veremos otra versión de esta cuestión). Visto de otro modo, combinando múltiples fuentes, según la historia mitológica lo que ocurrió fue lo siguiente: algunos ángeles -entre ellos, Lucifer (o Samael, según la versión)- fueron al mundo de los mortales y se enamoraron de ellos. Lucifer y los suyos enseñaron las artes y los placeres de la vida a los humanos, y tuvieron relaciones sexuales y amorosas con ellos. Dios, al enterarse, los expulsó al vacío cósmico desterrándolos del Árbol de la Vida. Los ángeles expulsados crearon su nuevo reino en el vacío, el Árbol de la Muerte, con las correspondientes antítesis de las Séfiras -las Qlifás.
¿Y qué tiene que ver esto con Lilith? Lilith gobierna la Qlifá número 9, llamada Gamaliel, y también en Thaumiel 1 y Lilith-Nahemoth 10. Estos niveles del Qlifot representan el deseo sexual que nunca se satisface, el acto de creación sin intención de belleza, y, en concreto, Gamaliel se traduce como “los obscenos”. Gamaliel está asociado con los órganos sexuales y el deseo sexual inconsciente. A través de Gamaliel, Lilith gobierna el mundo como “sombra del alma del mundo” -sombra del Árbol de la Vida, seres sin alma “buena”; aun así, como veremos, Lilith tiene alma “buena”- y controla los sueños oscuros de los humanos. Gamaliel, en la figura de Lilith, representa la sexualidad prohibida y la lujuria, mientras que Adán y Eva representan la sexualidad con mero fin reproductivo. Por esta razón, los magos de El Camino de la Mano Izquierda o con influencias Draconianas (sendero autoiniciático en el que se persigue la Autodeificación a través del trabajo con el Qliphoth; rituales que pueden hacer uso de la sangre, que en este caso puede ser menstrual) suelen tener tendencia a realizar rituales en los que se involucra el sexo como modo de liberar los instintos y los poderes mágicos de las Qlifás, utilizando casi siempre a Lilith y a sus hermanas-hijas como guías durante el proceso o como objeto de sus oraciones. Según estas teorías, cuando uno está durmiendo puede pasar al plano astral, donde tener contacto con súcubos y demonios sexuales, por lo que el objetivo de estos ritos, al fin y al cabo, es originar o recordar uno de estos sueños astrales oscuros -esto es posible porque Gamaliel está relacionado con la luna negra, que tiene atribuciones sexuales y, obviamente, con la noche.
Lilith tiene relación con la luna negra (y sus otras partes con el resto de fases lunares), que tiene atributos sexuales, de muerte y de sangre (menstruación), mientras que Eva tiene más relación con las fases fértiles (procreación). Esto me lleva a otro terreno, que es el Vampirismo. La tradición Draconiana como tal, que ya he mencionado anteriormente, lleva entre nosotros desde hace poco tiempo realmente, aunque sus principios aparecieron hace milenios y, probablemente, sean los pertenecientes al primer tipo de magia ritual que se utilizó en la historia.
Los magos de El Camino de la Mano Izquierda difieren de los magos de El Camino de la Mano Derecha, en que estos últimos utilizan la energía vital de animales, habitualmente, para arrojarlos como ofrenda a las fuerzas sobrenaturales que invocan. Esto no es más que hipocresía desde un punto de vista místico y religioso, o como un abandono de la propia voluntad individual, ya que al invocar a una fuerza temida con el objetivo de utilizar su poder para tus propios fines, estás tentando a la suerte y esa fuerza mística (o psicológica) podría volverse contra ti. Sin embargo, un “verdadero mago” utiliza su propia fuerza vital y no tiene miedo. En este caso, nos referimos a la sangre.
Como hemos visto, el sexo es un buen sistema para producir vitalidad en un ritual. Por su parte, la sangre siempre se ha considerado una fuente de vida, lo cual hace de ella una buena ofrenda hacia fuerzas místicas sedientas. Lilith (Babalon) juega un papel fundamental en este punto, ya que se la considera la Diosa y Reina Vampira por excelencia, con todo lo que ello implica. Al ser la madre de todos los súcubos y los Lilim, es lógico pensar que sus víctimas correrían bastante peligro de ser devoradas después o durante el acto sexual. Esto ha originado multitud de leyendas y un halo de historias vampirescas en torno a la figura de Lilith. A pesar de ello, las historias de vampiros no son nada moderno y ya existían en Mesopotamia. De hecho, Abyzou fue considerada una vampira terrorífica que devoraba a los bebés recién nacidos si no llevaban el talismán adecuado, lo que dio origen a la similar historia de Lilith que cuenta la Tradición Abrahámica, de lo que hablaremos más adelante. Esta leyenda se adornó y se amplió al crearse la que podríamos llamar “historia oficial de Lilith”, que veremos en el siguiente apartado.
La figura de Lilith como vampira, la imagen abrahámica y cristiana de los súcubos en general, tiene semejanza con personajes demoníacos de multitud de culturas. La Diosa Kali en el hinduismo, por ejemplo, es una Diosa sanguinaria que, por otra parte, está considerada Diosa Madre del Universo. En Japón también podemos encontrar seres como Yuki-Onna, un demonio femenino que habita en las nieves y que, aparte de congelar a sus víctimas, también se alimenta de su sangre. Como ejemplo final, también cabe destacar la cultura vampírica legendaria existente en China, a quienes llaman Jiang-Shi (literalmente “cadáver rígido”), también conocidos como vampiros o zombis chinos.

Con respecto a la creación del Universo, me falta por mencionar el Enûma-Elish, el texto mesopotámico de la creación, cuyo verdadero objetivo es el de exaltar la figura de Marduk (deidad que en cierto momento de la historia de Mesopotamia acabó convirtiéndose en Dios nacional).
Según el Enûma-Elish, el Universo Primigenio estaba gobernado por Tiamat (Diosa de las aguas saladas y Diosa Draconiana ciertamente importante) y su “marido”, Apsu/Absu/Abzu (Dios/a de las aguas dulces). Tiamat y Apsu decidieron procrear y traer a algunos Dioses al mundo: los Anunnaki (los antiguos; técnicamente hijos de Anu y Ki) y los Igigi (los nuevos, que eran vasallos inicialmente). Apsu se enfadó con los Igigi porque le resultaban molestos y les amenazó de muerte, aunque eran sus propios hijos. Enki-Ea (Dios de la Sabiduría, hijo de Anu) se enteró de los verdaderos planes de Apsu y lo mató, proclamándose el nuevo Dios de las aguas dulces. Los Igigi, cansados de ser vasallos, se rebelaron contra Tiamat que, enfurecida, comenzó a crear monstruos y bestias cósmicas para atacar a los Igigi. Finalmente, después de diversos conflictos, Marduk (el más poderoso guerrero de los Dioses, hijo de Enki) mató a Tiamat. Con el cuerpo de Tiamat, Marduk y los Igigi crearon los tres Cielos y las tres Tierras. En los cielos gobernaron los Igigi (los nuevos Dioses) -menos Enki, que gobierna la Tierra Media-, en la Tierra Superior gobernaron los humanos (creados a partir de la sangre de Kingu, segundo marido de Tiamat y jefe de sus ejércitos; o con la sangre de Tiamat, según la versión) y en la Tierra Inferior (Irkalla/Kigal, Erebo, Hel, Sheol, etc) gobernaron los Anunnaki, con Ereshkigal (hermana mayor de Inanna y Diosa de la Muerte y la Justicia) como Reina. Los Igigi y los Anunnaki hicieron un pacto por el que los Anunnaki no irían al reino de los Igigi y viceversa.
Según el folclore, Absu/Abzu (Sumeria) o Apsu (Asiria) no serían más que sinónimos para Tiamat (Babilonia), o tanto Tiamat como Abzu provendrían del océano primigenio del mismo nombre. En relación a esto, se teoriza que Abyzou (demonio femenino responsable de abortos y muerte de bebés en Persia, mencionada en el Testamento de Salomón) y otros demonios como Lilitu, nacieron del Dios-mar primigenio Abzu (que en principio no tendría género, como Yhwh). De hecho, en el Necronomicón se menciona que Lilitu vive en las aguas estancadas y muertas, lo que hace referencia al mar abisal de donde provienen los antiguos (hago acotación para explicar que la información mitológica presente en el Necronomicon es fiable, aunque este sea una “novela” de ficción). Por otro lado, se cree que la palabra griega Abyssos (abismo), que se trata como sustantivo femenino en la Septuaginta (versión griega de las escrituras hebreas), proviene o tiene relación con la palabra Abzu. Por tanto, es posible que tanto Abyzu como Lilitu fuesen la misma entidad, como ya he mencionado, posteriormente adaptada por los hebreos en conjunto dando lugar a la figura de Lilith, conocida también como La Hembra del Abismo, posiblemente por esta razón, o Madre de Abominaciones (Babalon).
Esta leyenda da sentido a la tradición Draconiana, que utiliza estos conceptos mesopotámicos y cabalísticos. La base de los rituales de la sangre es el hecho de que los humanos y el mundo están creados a partir de los restos de Tiamat y Kingu. Tiamat (Kutulu, Cthulhu) no está muerta, sino que está dormida dentro de nosotros, por lo que mediante la magia se puede llegar a trascender y contactar con los Anunnaki y con los seres del Árbol de la Muerte. Por esta razón, los rituales sexuales, los rituales de sangre y el uso de los Chakras tienen sentido para invocar a Lilith o a cualquier otra Divinidad oscura, además de que Inanna y Ereshkigal, como ejemplo de Diosas de Mesopotamia, podrían ser consideradas como partes o atributos del arquetipo de la propia Lilith que conocemos actualmente.
Aquí acaba esta breve explicación general de conceptos. Aunque algunas de las cosas que he contado no tienen relación directa con el objetivo del artículo, era necesario para que los lectores que no tienen conocimiento sobre ellas adquieran una mínima noción. Creo, además, que para entender el significado de lo que Lilith representa y para conocer algo más sobre mitología de la religión, es bueno tener una visión amplia de la historia y los mitos en los que se basan los arquetipos.

LA HISTORIA DE LILITH 
(resumida de los textos canónicos)

Como puede extraerse de muchos textos hebreos canónicos, así como de otros textos apócrifos e incluso del Génesis, Eva no fue la primera mujer en realidad. Cualquiera que se fije detenidamente en los versículos donde se narra la creación de Adán y Eva, se dará cuenta de que hay un corte; primero dice que Dios creó al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza, e inmediatamente después procede a decir que primero creó a Adán y que luego sacó a Eva de una costilla de este. La evidencia del corte se confirma a través de los textos hebreos canónicos, como digo, donde se narra quién es Lilith y de dónde salió, que es precisamente lo que voy a resumir a continuación:
Yhwh creó a Adán y a Lilith del barro a su imagen y semejanza, y los creó exáctamente al mismo tiempo. Es decir, que ninguno era superior al otro en nada, ni en cuerpo ni en alma. Adán y Lilith vivían en el Edén y, según cuenta la historia, tenían sexo a menudo. Lo que ocurrió fue que Lilith era la representación de la libertad en todos los sentidos de la palabra, y hacía uso de sus derechos para reafirmar su igualdad ante Adán, como cualquiera habría hecho. Sin embargo, Adán se puso celoso, porque quería ser el primero a ojos de Yhwh, y Lilith era un impedimento. De esta manera, a Adán no se le ocurrió otra cosa mejor que tratar de imponer sus superioridad a través del sexo; es decir, que quiso obligar a Lilith a que ella se pusiese debajo siempre, lo que actualmente llamamos “posición del misionero”. Como explicaré más adelante, esto tiene implicaciones más profundas en la Kabbalah y en la tradición hebrea, pero, en resumen, Adán pensaba que durante el sexo, quien estuviese encima era el que estaba más cerca de Dios.
Como es lógico, Lilith se negó a estar siempre debajo y se pelearon. Según lo que se puede extraer de los textos, parece que Adán quiso forzar a Lilith, aunque no queda muy claro si lo hizo o no. Lo que si sabemos es que Lilith pidió ayuda a Yhwh, pero este la ignoró completamente. De esta manera, para salvarse, Lilith pronunció el nombre secreto de Yhwh. Al hacerlo, su cuerpo se envolvió en un torbellino de aire y fuego y, según la versión, le salieron unas alas. Lilith salió volando y se fue del Edén por voluntad propia, abandonando a Adán a su suerte y separándose de los dogmas de Yhwh. Cuando Lilith se fue, Adán se quedó solo y, aparentemente, con bastantes ganas de sexo, así que, según dicen algunos textos, se dedicó a intentar copular insatisfactoriamente con los animales que había en el Edén.
Por su parte, Lilith fue volando hasta Zemargad, las tierras cercanas al Mar Rojo, quizás llamada instintivamente por el Otro Lado. En estas tierras, Lilith se encontró con Samael y otros ángeles caídos, y se convirtió en su Reina. Lilith y Samael se convirtieron en la pareja demoníaca por excelencia y en los Monarcas del Infierno (Sitra-Ahra, Qliphoth). Hay versiones que dicen que Lilith y Lucifer también se convirtieron en pareja; de hecho, Lucifer gobierna en la Qlipha superior, lo que pasa es que la caída de Lucifer es mucho posterior a estos acontecimientos que ahora estoy narrando. Es decir, que Lucifer cayó cuando ya existía el Infierno. Independientemente de si Lilith es la amante de Samael, de Lucifer o de ambos (lo más probable), Satan es la unión de Lilith con Samael (como explicaré más detalladamente después).
Como Adán estaba solo y aburrido, le pidió a Yhwh que le creara una compañera sumisa, como vemos en la Biblia, y entonces es cuando nace Eva de su costilla. Lilith, al ver que Eva estaba sufriendo aquella absurda esclavitud, decidió ayudarla y liberarla. Como comentaré más adelante, la Serpiente que fue a tentar a Eva es Lilith (o Samael o Satán). Después de que Eva y Adán comieran del Árbol del Bien y del Mal, Lilith y Samael se volvieron a Zemargad, donde tuvieron libertad para hacer lo que quisieran, hasta que crearon el Infierno en algún momento, que se encuentra en el vacío.
Mientras estaban allí, Yhwh mandó a tres ángeles para que convencieran a Lilith de que volviera al Edén, y ella les dijo que no, por supuesto. Al ver que Lilith no hacía caso, los ángeles la condenaron a quedarse ciega (o a no ver su propio reflejo) y a que cientos de sus hijos morirían cada día. Lilith les dijo que, como venganza, ella mataría cientos de hijos de la humanidad cada día.
Tras estos acontecimientos, nacieron Kain y Abel, de los cuales se supone que Kain es hijo de Satán (Lilith/Samael). Kain mato a Abel y fue expulsado a sobrevivir a los desiertos, con una marca que le impedía morir asesinado por nadie. Kain fundó Enoc, la ciudad que tiene el mismo nombre que su hijo. Enoc tuvo un hijo, Lamec, el cual estableció la Séptuple Maldición hacia los hijos de Yhwh, diciendo que quien intentase matarle a él o a sus familiares sería condenado siete veces siete. Se dice que Kain y todos sus descendientes son vampiros y Señores de la Muerte. De hecho, la relación entre Kain y Lilith nunca desapareció; todos los hombres de la línea directa de Kain se casaron y tuvieron hijos con las hijas de Lilith, como Ada y Zillah. De hecho, de la descendencia de Kain surge la primera y única mujer que es mencionada en la Biblia en un linaje como “hija de alguien”. Esta mujer no es una cualquiera sin importancia, sino que es Naamah, la hija predilecta de Lilith (a través de Zillah), la Reina de la Tierra y de la Magia. De hecho, una vez que Naamah fue adulta y adquirió su carácter de súcubo, se acostó con su padre (Lamec) y después se fue a Zemargad con Lilith, convirtiéndola en la primera incestuosa de la historia.
Después de la muerte de Abel, Adán y Eva estuvieron separados por 130 años, durante los cuales, como comentaré más adelante, Lilith, Naamah y Samael se acostaron con ambos, hechizándolos y teniendo cientos de hijos demoníacos sin parar.

IMPLICACIONES PARA LA HUMANIDAD
(adaptado de “La Biblia de Lilith”)

Vistos los apartados anteriores, creo que ya se comienza a entender el porqué de la importancia de Lilith en la historia de la Humanidad -tanto real como mítica. En este apartado voy a hacer algunos comentarios más detallados sobre la historia de la Diosa y voy a profundizar en los conceptos míticos sobre la creación del Ser Humano en los que Lilith está implicada, según la tradición hebrea.
Lo más obvio, lo que cualquiera puede percibir a simple vista, es el hecho de que Lilith fue creada a imagen y semejanza de Dios, al igual que Adán. El Camino de la Mano Derecha se ha pasado los últimos milenios pretendiendo que la Mujer es inferior en todos los aspectos, cosa que no tiene ningún sentido se mire como se mire. El sexo no importa en absoluto, porque todos somos Seres Humanos, somos de la misma especie, no somos mejores” o “peores”, y no hay nada ni nadie que nos haya impuesto la superioridad de un sexo sobre el otro, a diferencia de lo que predican en el cristianismo, en el islam o en el judaísmo, por ejemplo.
Creo que esta idea se expresa bastante bien en el apartado anterior. Yhwh creó a Lilith y a Adán como iguales, por lo que Lilith tiene los mismos derechos que Adán a ojos de su Creador. Esto no ocurre con Eva, ya que ella fue creada a partir de Adán como si fuese una estrella de mar que crece por bipartición. Esto era muy interesante para los hombres que regían el mundo en la antigüedad -y para algunos de la actualidad también-, ya que de esta manera la Mujer queda en un segundo plano. Esto, por supuesto, tiene unas bases filosóficas mucho más profundas, principalmente a través de la Kabbalah, según la cual las Séfiras del lado derecho del Árbol de la Vida son “masculinas” y las del lado izquierdo son “femeninas”, lo que implica que para, por ejemplo, trascender y alcanzar a Yhwh o para crear algo (reproducirse), las partes masculina y femenina deben unirse, generando así de nuevo el Uno (como veremos a continuación). Además de esto, la Mujer es considerada como un Altar (aunque de forma meramente utilitaria), algo de objeto de adoración pasiva, lo que explica que la postura en el sexo sea con la Mujer debajo recibiendo al Hombre.
En esto, Lilith se opone a ser dominada continuamente y se rebela contra Adán, que, como uno puede pensar, era el primer maltratador de la historia, porque tenía celos de Lilith al querer ser el único, el primero a ojos de Dios (según el mito). Con Eva pasa lo contrario, ella es totalmente sumisa, imagen que favorece a la desigualdad entre el Hombre y la Mujer cuando esto se extrapola al mundo real.
A parte de esto, cabe destacarse que Lilith conocía el nombre de Dios y que ella, por lo que sabemos hasta ahora según los mitos, es la única que lo ha logrado pronunciar en toda la historia. Este simple hecho es fundamental, porque implica que Lilith, al pronunciar el nombre de Dios, se convirtió inmediatamente en el ser más cercano e íntimo al Creador (si no lo era ya, como veremos). Lilith ascendió a la categoría de Diosa en ese preciso instante, ya que el nombre de Dios abarca toda la creación. Lilith no es solo igual a Adán, sino que es igual a Yhwh. Esto es lo más chocante de todo, porque los autores de la historia de Lilith original en la Biblia, al darse cuenta de lo que habían hecho, borraron a Lilith del Génesis de forma chapucera para librarse de la aberración que habían creado; ellos mismos habían sellado su propia sentencia.
Este fallo por su parte es de agradecer, porque nos abre una puerta hacia la concepción de Yhwh como una figura femenina, como un Dios “acompañado”, o incluso como una Diosa Madre: la Shekhinah. Pero ¿quién dice que Dios sea un Hombre o una Mujer? No lo podemos saber -quizás Dios tenga los dos sexos, o quizá ninguno. Dios, efectivamente, tiene una parte masculina y una parte femenina, según el propio canon hebreo. Yhwh es el Dios que está en El Otro Plano, en el plano directamente fuera de la Creación, y Elohim es el Dios del Mundo Terrenal: la Shekhinah (aunque los cabalistas dicen que es la parte femenina del ángel supremo Metatrón, también conocido como “el pequeño Yhwh”).
Yhwh emanó su parte femenina (Shekhinah) para que cuidara del ser humano como una madre a sus hijos. Es la Shekhinah, “el mensajero de Dios”, a veces considerada directamente como una forma de Lilith, quien se revela a los patriarcas y a los profetas. Aun así, parece que actualmente está más que aceptado en los círculos académicos que Asherah-Astarté (la versión cananea y fenicia de Inanna) era la esposa de Yhwh en el primer canon hebreo, llamada en la Biblia “Reina del Cielo”, sólo que ella también fue borrada de la Biblia; de hecho, se sabe que El-Saday (un nombre de Yhwh) es derivación de EL (Dios principal de Canaán, cuya esposa no era otra que Asherah) . La única explicación de por qué los profetas vieron a la Shekhinah con forma masculina (y esto es apoyado por los rabinos) es porque Dios no tiene forma originalmente, sino que toma su forma desde una percepción subjetiva; es decir, que la vieron como un hombre porque ellos eran hombres.
La importancia de Lilith como una versión oscura de la Shekhinah no empieza ni acaba aquí, sino que va mucho más allá. Según los textos hebreos originales, Yhwh hizo el Simsum (retracción) hacia lo más profundo de su esencia, dejando un limitado espacio para la creación. Después emitió el Kav –el primer rayo de Luz que atraviesa la Nada– para poder moldear el vacío en sí mismo o tejido de la realidad. En esta Nada, Yhwh generó a través del Kav, de mayor a menor poder, el Sefirot, el Árbol de la Vida, el árbol de los atributos del alma, el Mundo de Arriba. Cuando las Séfiras superiores estuvieron creadas, las inferiores no pudieron resistir tanto poder, tanta Luz, y se rompieron. La Luz de Yhwh se vertió en la Nada de forma casi ilimitada y generó, como un oscuro espejo, el Qlifot, el Árbol del Mal, el Árbol de la Muerte, la morada de Lilith y Noctifer (Samael-Lucifer), de Leviatán/Tanin’iver (“dragón ciego”) y de todos los demonios; el Espíritu del Mal encontró refugio. En la Nada, el Qlifot tomó forma, en el tejido de la realidad, generando un mundo cavernoso de túneles oscuros en la esencia misma del Universo: el Infierno, el Sitra-Ahra.
El Kav generó como primera Séfira a Keter (corona), donde se encuentra Adam Qadmon (la idea de “ser humano” en estado puro) y, por debajo, las Hayyot (los cuatro seres vivientes de la visión de Ezequiel 1:26 y del Apocalipsis 4:6-9), que representan los cuatro tipos de personas existentes en función de la virtud de su alma (humano, león, buey y águila). Adam Qadmon contiene tanto la parte femenina como la parte masculina de Yhwh, pues el ser humano es a imagen y semejanza de Dios. Dios, pues, creó el mundo y después creó al ser humano cogiendo tierra de los cuatro puntos cardinales para que al morir cualquier lugar fuese su morada. El primer humano era mitad hombre y mitad mujer, incluso algunas versiones afirman que poseía dos cabezas o dos cuerpos pegados de espaldas de alguna forma. Lo que ocurrió a partir de este punto es abierto a discusión, pues de esta manera la separación de Lilith de Adán pudo haberse dado de muchas formas y, como veremos más adelante, coincide con la maldición que Yhwh puso sobre Lilith y Noctifer (Samael-Lucifer) y que origina La Trinidad Oscura.
En principio, Lilith y Adán tendrían algún tipo de personalidad individual dentro del Adam Qadmon, lo que llevó a su separación corpórea influenciada por la propia separación entre Yhwh y la Shekhinah. En este punto estamos hablando de una separación a tres niveles: a nivel de Divinidad, a nivel de alma (mundo de arriba) y a nivel de cuerpo (mundo de abajo). Por lo tanto, de una manera o de otra, debemos entender que, siguiendo el dicho “como es arriba, es abajo”, Dios expulsó a su parte femenina en cierto sentido y también dividió el Sefirot en atributos “femeninos” y “masculinos” (el Mal y el Bien, Camino de la Mano Izquierda y Camino de la Mano Derecha) lo que inevitablemente llevó a la separación corpórea y espiritual del Adam Qadmon. Lilith y Adán, después de poder tener unión sexual a su deseo en el Edén para poder trascender como Uno, no se llevaron demasiado bien, dado que Lilith estaría molesta de alguna manera por haber sido expulsada del seno de Yhwh en forma de la Shekhinah (o sencillamente porque Adán era un maltratador). Como ella se consideraba tan digna como Adán, hizo uso de su voluntad y rompió con aquel orden que se estaba instaurando y que iba en contra de sus principios. En este punto estamos presenciando un acto aberrante de la historia de la Humanidad: la separación de lo “femenino” de lo “masculino”. Es una aberración, afirmo, porque todo ser humano es una mezcla equilibrada de atributos que, de alguna manera, pueden considerarse como “femeninos” o “masculinos” desde un punto de vista espiritual, mental, fisiológico, anatómico, etc, y es esta ruptura la que ha traído miseria a las personas continuamente desde entonces.
Para apoyar esta idea incluso más, tenemos el concepto del Mesías. Este ente, Jesús en la Biblia, no es más que la reencarnación del alma del Adam Qadmon en un nuevo cuerpo. Concretamente es la reencarnación de la parte masculina del Adam Qadmon (Adán), que ha regresado para terminar lo que empezó: acumular en sí mismo todo el pecado de la humanidad para limpiar a esta a través de su sacrificio, hacer que toda la humanidad tenga Fe en Yhwh, pues así sus almas serán salvadas en el Juicio y volverán al Uno, dado que todas las almas de la humanidad son fragmentos que provienen del original Adam Qadmon. Sin embargo, en la tradición se nos dice que el Mesías será un ser que posea características “femeninas” y “masculinas”; es decir, que de algún modo las almas de Adán y Lilith deberían estar unidas de nuevo (Jesús y Babalon, por ejemplo). Es más, en algunos textos se nos dice que el Mesías será el vehículo de una salvación que no es sino la inversión del orden establecido; es decir, que las almas volverán con la Shekhinah (pues ella es la guía hacia el árbol de la vida) y después la Shekhinah y Yhwh intercambiarán las posiciones, convirtiéndose la Shekhinah (Lilith o Asherah, si lo preferís) en la Madre de Todo el Universo y Yhwh (El) en un simple portador del mensaje de La Madre. Esta transformación es una metáfora, por otro lado, del nacimiento y la muerte: la Shekhinah trajo al mundo al Adam Qadmon con su útero divino y descendió para cuidar de él, pues era su hijo, por lo que Yhwh tomó el control del Mundo de Arriba para permitir a su “esposa” llevar a cabo los cuidados necesarios de su prole; más tarde, cuando la humanidad ya había madurado, llega la muerte y el Fin de La Historia, a través de la que todas las almas vuelven al útero divino y ella vuelve a ser la regidora del Universo, pues ya no es madre y todo lo que hay le pertenece.

Continuando con la historia, tras su acto de rebeldía Lilith se convirtió en Diosa independiente de Yhwh y decidió aliarse con Noctifer (Samael-Lucifer) y los demonios (ángeles expulsados de Arriba en el momento de la creación del Qlifot; podemos pensar que el Qlifot es obra suya) en Zemargad, en el Mar Rojo, porque vio en ellos algo que le resultó de su agrado. Lo que vio fue la Libertad, la Rebeldía, el Placer, la Insumisión, la Voluntad propia, la Individualidad, la Oposición al orden establecido, El Camino de la Mano Izquierda. Lilith había obtenido todo el conocimiento sobre el mundo al pronunciar el nombre de Dios (aunque de alguna manera ya lo poseía), había obtenido toda su sabiduría, pudo desarrollar su propia razón y su propia lógica, y pudo crear su propio equilibrio ético y moral. Había burlado a la muerte, era inmortal, y se había convertido en la primera y única Diablesa con un alma de aquel calibre, pues el alma de los ángeles exiliados del reino de Yhwh tenían almas inferiores al Adam Qadmon. Recordemos que todos los seres del Qlifot son la “sombra del alma del mundo”, no tienen un alma “buena”, pero ella es diferente: ella posee el “bien” y el “mal”, la Luz y la Oscuridad, tras unirse a la causa de Noctifer (Samael-Lucifer), con quien, como mencioné anteriormente, forma la Trinidad Oscura.
Al igual que Lilith y Adán estaban unidos formando el Adam Qadmon, Yhwh condenó (según algunas historias) a Lilith y a Noctifer (Samael-Lucifer) a no poder tener relaciones sexuales, evitando así que aumentase la prole del Mal (en realidad, Yhwh mandó a un ángel a que le cortara el miembro a Samael con una espada, según el Liber Lilith). Dios unió a Lilith y a Noctifer (Samael-Lucifer) en un único ente incapaz, en principio, de tener sexo. Este mito carece de sentido y es poco convincente, así que suele prevalecer la explicación de que el miembro de Samael fue amputado. Así pues, Lilith y Noctifer (Samael-Lucifer) pueden tener relaciones metasexuales a través de Tanin’iver (el “Dragón Ciego”, que en resumidas cuentas funcionaría como un “pene metafísico”), generando una fuerza inmensamente mayor: Satán, Satāna, el Otro Dios, el Adversario.
Lilith posee muchas formas, de las que hablaremos más adelante; sin embargo, en este punto deben mencionarse La Matrona y La Doncella. La Matrona hace referencia, como se puede pensar, a la Shekhinah oscura, y, más concretamente, a la parte adulta, oscura y fría de ella: La Muerte (la cual, como ya he mencionado, se relaciona con Ereshkigal en Mesopotamia o con una Lilith abisal). Por otro lado, La Doncella hace referencia a su parte juvenil y pasional, comúnmente relacionada con el éxtasis a través de niveles extremos de placer y dolor al mismo tiempo.
Samael cuenta también con dos formas, Samael y Asmodeo, los cuales se hallan en unión metasexual con La Matrona y La Doncella respectivamente.
A parte de esto, es importante remarcar que, siendo Lilith la entidad de más alto nivel en el Qlifot y que, siendo estrictos, es la que da mayor poder a Satán, ella misma es la que se encuentra en las puertas de la Qlifá inferior para guiar a los iniciados a través del Árbol de la Muerte hasta la Qlifá superior. Es por esta razón que algunos autores consideran que Lilith es directamente el Qlifot en su totalidad. Remarcando también lo dicho anteriormente sobre la Shekhinah, Lilith o Asherah sería la guía desde la Séfira inferior hasta Keter si la consideramos como la “mensajera de Dios”, por lo que definitivamente Lilith sería digna de considerar la Divinidad de mayor relevancia en todos los aspectos en la historia de la Humanidad.

Es relevante también hablar sobre El Pecado Original, el cual fue engendrado por Adán y Eva al comer del fruto de la sabiduría (que no es más que una metáfora del sexo). La culpa de que se cometiera este pecado siempre es achacada a Samael de forma popular, aunque en la tradición hebrea la versión es un poco diferente: Lilith fue la que se transformó en serpiente (que es símbolo de las Diosas de la fertilidad, como ya he dicho), aunque también se considera a Samael según otras versiones, o a ambos actuando en alianza como Satán. El objetivo claro de Lilith y Samael era liberar a Eva del Orden Establecido, lo que resultó en la expulsión de Adán y Eva del Edén y en su posterior separación de 130 años de penitencia. Yhwh condenó a la serpiente (o pretendió hacerlo), sabiendo que había sido Lilith (o Samael o Satán) quién había convencido a Eva de que tomara el fruto. Por otra parte, en relación con la separación de Adán y Eva, se cuenta que Lilith (o Samael o Satán) visitó a ambos como Súcubo/Íncubo y provocándoles ilusiones para copular con ellos. De tener sexo con Eva surgieron Las Plagas de la Humanidad (criaturas mágicas) y Lilith creó gracias a la semilla de Adán miles de otros seres sobre naturales. La forma en la que se produjo el sexo es lo de menos, pero mencionaré que algunas versiones sugieren que, en el caso de Eva, Lilith poseyó su cuerpo y después tuvo sexo con Samael; otra versión sugiere que Lilith se transformó en serpiente o en un ser con medio cuerpo de araña (la Diosa Arachnida o también llamada Lilitu-Az) y puso un huevo en el interior de Eva (del que nacería Kain), o que directamente copuló con Eva gracias a que los Súcubos son seres con cuerpo de mujer pero con un órgano reproductor que puede cambiar entre femenino y masculino según sea la víctima; en el caso de Adán, el sexo entre Lilith y él sería de forma no mágica.
Por último, antes de continuar con otras cuestiones, debo hablar del tema de la masturbación o de la eyaculación sin un fin reproductivo. Según la tradición hebrea, durante el sexo se atraen las almas desde el mundo de Arriba, que aguardan poseer un cuerpo para poder nacer y pasar a tener un cuerpo mortal. Cuando una persona tiene una eyaculación no reproductiva, el resultado es que todas esas almas que fueron atraídas se quedan vagando para siempre alrededor de esa persona y nunca nacen. Una manera de que esas almas encuentren un cuerpo es que aquellas eyaculaciones acaben en Lilith o en otros Súcubos, que las usarán para traer al mundo demonios y otros seres mágicos. Esta es una de las propiedades fundamentales de la magia sexual, ya que con cada eyaculación se acumulan más y más almas alrededor de esa persona, y estas almas y su energía pueden ser utilizadas para lograr fines que requieran de un mayor poder.

Como simple dato, recordando lo que mencioné en el primer apartado, y enlazándolo con el resumen que he hecho de la Historia de Lilith, en Mesopotamia existía la tradición de proteger a los bebés con unos amuletos especiales para que Lamashtu (Abyzou/Lilitu) no los devorase. Estos amuletos tenían algo grabado: el nombre de Pazuzu, su esposo demoníaco (o los nombres de los tres ángeles antes mencionados, según la tradición hebrea posterior, llamados Senoy, Sansenoy y Semangelof). Esta tradición modernizada a partir de la tradición Mesopotámica se debe a que, según lo que cuenta la historia, Lilith fue condenada a que gran parte de sus hijos muriesen cada día, por lo que, buscando venganza, se dedicó a matar a todos los bebés que podía, al tiempo que ella misma tenía cientos de hijos demoníacos diariamente.
Otra de las condenas de Lilith, según algunas historias, fue la de no poder volver a verse jamás a sí misma (su reflejo), un míticamente reconocido carácter vampírico. Algunos, incluso, dicen que se quedó ciega completamente. Este hecho representa, sin duda alguna, “la ceguera a causa de su sabiduría”. Por un lado, Yhwh estaba enfadado porque Lilith, volviéndose contra el mundo, había descubierto La Verdad de todo. Por otra parte, siendo igual de sabia que Yhwh, Lilith decidió apartarse de su lado, haciendo ver que no estaba de acuerdo con lo que ÉL había hecho.
Esto, si lo miramos desde un punto de vista más estricto, no tendría ningún sentido, como ya he mencionado antes -aunque, pensándolo bien, las maldiciones nunca lo tienen. Si Lilith era una Diosa, ¿cómo es que Yhwh tenía poder sobre ella? Mejor dicho, ¿cómo es que unos simples ángeles pudieron maldecirla? Sí, ellos llevaban La Palabra de Dios, pero no eran más que lacayos de Yhwh. Este tipo de incongruencias suelen encontrarse de forma abundante en la mitología, porque si no, algunas historias no podrían contarse.

Antes de finalizar, me gustaría hablar sobre un tema que me parece revelador. Me refiero a La Prostitución Sagrada que se llevaba a cabo en Mesopotamia.
Inanna/Ishtar/Astarté era la Diosa del amor y del sexo en Mesopotamia. En Uruk (en Sumeria) se encontraba el templo más importante destinado al culto de Inanna: el Eanna. Las encargadas de extender el amor y la palabra de Inanna entre la población eran las Sacerdotisas o Hieródulas, que se dedicaban a la Prostitución Sagrada. Las Hieródulas tenían riquezas y eran de buena clase social, simplemente debido a que eran Sacerdotisas de Inanna. De hecho, Uruk se construyó alrededor del Eanna, y era el Eanna la entidad administrativa que gobernó la ciudad y controló las actividades productivas hasta que apareció la primera monarquía varios siglos más tarde.
En Mesopotamia se permitía el sexo antes del matrimonio. De hecho, todas las mujeres debían ir al templo a practicar la Prostitución Sagrada al menos una vez en su vida, a cambio de una moneda que se “transformaba” en sagrada. Dado a que vivían en una sociedad originariamente (aunque brevemente) matrilineal, la fertilidad de las cosechas y de las mujeres eran algunas de sus mayores preocupaciones, por lo que estas actividades en honor a la Diosa del amor, de la fertilidad, de las pasiones y de la guerra eran obligatorias y totalmente aceptadas. Sin embargo, debe mencionarse que estas prácticas, aparte de sus comprensibles y legítimas funciones espirituales y místicas, también fueron utilizadas posteriormente por los monarcas como forma de esclavización de las mujeres.
Las Hieródulas podían vivir en el templo o en sus propias casas, y podían casarse y tener sexo libremente, aunque no todas podían tener hijos, ya que su trabajo, al fin y al cabo, era algo espiritual y sus vidas estaban encomendadas a Inanna en su totalidad. De hecho, además de tener sexo no reproductivo con sus maridos, se sabe que una de las prácticas anticonceptivas más comunes en la época era el sexo anal (algo completamente demonizado por la tradición judeocristiana). Además de esto, se sabe que todas estas sociedades antiguas tenían prácticas homosexuales y bisexuales de forma aceptada y habitual, como es por naturaleza en el ser humano.
Por último, sobre las Sacerdotisas ha de comentarse que su denominación a lo largo de la historia ha dado a múltiples equívocos, además de que no todas tenían los mismos privilegios ni las mismas funciones en la sociedad. Las prostitutas eran llamadas de forma general, por ejemplo, Harimtu (en acadio, “las excluidas”) o Har-kid (en Sumerio, “las que hacen el muelle o la calle”). Estas podían pasar a formar parte del Eanna, volviéndose así “sagradas” al unirse al resto de Sacerdotisas, que al ser originalmente vírgenes tomaban el nombre general de Naditu/Naditum y Qadishtu (que en acadio significa “sagrada/consagrada”) o Lu-kur y Nu-gig (que en sumerio significa “la sin cultivar”). Las Naditu eran las que tenían permitido casarse y hacer todo lo que he mencionado anteriormente, además de tener propiedades materiales y económicas y esclavas (o a veces esclavos). Como las Naditu no podían tener hijos, estas compraban a una segunda Sacerdotisa, a la que llamaban Sugetum, que sí lo tenía permitido. De esta manera, el marido tenía descendencia con la Sugetum y los hijos de esta relación pasaban a ser propiedad de la Naditu y del marido, aunque no se desacreditaba a la Sugetum y esta podía reclamarlos como suyos. Estas eran las Sacerdotisas de más categoría, aunque la Sugetum era considerada como inferior en la escala. Un famoso ejemplo de la confusión de las Sacerdotisas de la “Prostitución Sagrada” con prostitutas Harimtu es el caso de Shamhatu (“voluptuosa muchacha en flor”), la Sacerdotisa de Inanna que yació con Enkidu (rival y amigo de Gilgamesh) durante siete días. Clásicamente en las traducciones se llamaba Harimtu a Shamhatu, lo cual llevó a pensar que las Sacerdotisas eran simples prostitutas. Sin embargo, se vio que efectivamente era un error de traducción y que el significado del nombre de esta Sacerdotisa había sido tergiversado: una “voluptuosa muchacha en flor” no es, obviamente, una prostituta, y en este caso sabemos que es una Sacerdotisa de Inanna. Son dos cosas totalmente distintas.
Es interesante ver las similitudes que existen entre Lilith e Inanna. De hecho, hay una famosa escultura, el “Altorrelieve de la Reina de la Noche”, cuyo objeto es bastante controversial. Hasta día de hoy no sabemos con exactitud a quién representa esta escultura. Clásicamente ha habido tres opciones posibles, según las investigaciones: Inanna, Ereshkigal o Lilith. Curiosamente, tal y como se puede deducir de la imagen por la disposición de sus alas, se trata de una Diosa terrenal. Antiguamente se dudaba entre Inanna y Ereshkigal, lo cual es lógico, porque ambas son Diosas del mundo carnal, una de la Vida y otra de la Muerte, pero el hecho de que Lilith se incluyese más adelante es algo significativo. Por otra parte, hay algunos autores que se atreven a afirmar que este relieve representa ni más ni menos que a Lamashtu, la Diosa original.
Es posible que Inanna y Ereshkigal sean partes distintas de la misma Diosa, como ya he mencionado, y, como vemos, es posible que Lilitu/Lamashtu sea quien englobaba a las tres en un principio. Sabemos que los Mesopotámicos creían que Lilitu era un demonio -o, al menos, eso es lo que creemos nosotros. Pero, ¿y si se tratase de una única Diosa con tres atribuciones diferentes? Esto sería interesante, ya que Lilith e Inanna tampoco son tan distintas. De las tres, la que más destaca es Ereshkigal, ya que ella es la Diosa de la muerte y la justicia, aunque también considerada (Diosa Madre) y tanto Lilith como Inanna son Diosas de la Vida en todo su esplendor, salvo que Lilith también representa a la Muerte en su estado de Matrona. Lilith, como ya sabemos, es un personaje que podríamos llamar “multicategórico”: Diosa, Demonio, representa la Vida y el Placer, pero también representa la Oscuridad, lo Tenebroso y la Muerte. ¿Podrían ser, entonces, Inanna y Ereshkigal las dos partes de Lilith, la parte “luminosa” y la parte “oscura”? ¿O es que Lamashtu se dividió en varias partes que después volvieron a juntarse?

Por último, antes de acabar este capítulo, me gustaría desarrollar algo más acerca de la Prostitución Sagrada: Lilith, según la Gnosis, tiene varias hermanas o varias hijas, conocidas como Los Ángeles de la Prostitución Sagrada: Eisheth Zenunim, Agrat bat Mahalat (literalmente, hija de Mahalat), Mahalat y Naamah. Cada una de ellas representa una faceta de Lilith encarnada como la regidora de los puntos cardinales de la Tierra en cuatro templos, otorgando a Lilith el número 4 o el número 13 (1 + 3 = 4) relativo a la sexualidad de escorpio. Eisheth Zenunim o Lilith gobierna en el Norte (Luna llena; Diosa antigua, origen y estabilidad del deseo), Agrat gobierna el Oeste (Luna menguante; magia y muerte del Sol), Mahalat o Lilith gobierna el Sur (Luna nueva; arte de la ilusión) y Naamah gobierna el Este (Luna creciente; hechicería, brujería y clarividencia). Es curioso la cierta semejanza que podría existir entre el Adam Qadmon y las Hayyot con Lilith y sus cuatro hijas, pues tal y como las Hayyot representan cuatro tipos de personas según la virtud del alma, los cuatro Ángeles de la Prostitución Sagrada también representan, de alguna forma, distintos tipos de personas según sus atributos o capacidades mágicas o espirituales.

A parte de todo lo comentado hasta ahora y de todas las representaciones que he explicado, Lilith también suele representarse como Medusa (de la mitología Griega), debido a su capacidad para dejar a los hombres impotentes física y metafóricamente (castración psicoanalista y también física), y también tiene importantes implicaciones a la hora de explicar complejos de Edipo. Es interesante comprobar, además, que Medusa se parece físicamente a Abyzou (según el Testamento de Salomón, poseía una melena de serpientes). A parte de este caso concreto, muchas otras Diosas o personajes histórico-religiosos han sido relacionados con ella, como Selene (Diosa Lunar griega), la Reina de Saba (Biblia), Afrodita (Diosa griega de la belleza, equivalente de Inanna), Hécate (Triple Diosa griega de la hechicería), etc.

["Lilith y Eva", de Yuri Klapouh]


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